Tres estadounidenses murieron este jueves al estrellarse el avión que combatía los incendios en el sudeste de Sídney.
Los tripulantes eran ciudadanos de Estados Unidos, uno de los países que enviaron equipos especializados para combatir los devastadores incendios forestales que azontan a Australia, y el avión era de una empresa canadiense propietaria del avión C-130 Hercules decidió suspender los vuelos de sus aeronaves hasta que se realice una revisión general de los equipos.
Los fuertes vientos, que dificultaban los vuelos de los aviones, podrían haber causado el accidente.
El accidente muestra el peligroso y sacrificado trabajo que hacen los bomberos que combaten los incendios, declaró la primera ministra de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian.
«Más de 70 aviones efectuaron misiones este jueves. El accidente es una trágica muestra del peligro que enfrentan los voluntarios y el personal de los servicios de emergencia que luchan contra el fuego», agregó.
Vía Mundo T13
@lamovidaenvzla
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